martes, 22 de junio de 2010

Phil Ivey, octavo brazalete en las WSOP y lección de ubicuidad

No hay otro jugador como Phil Ivey. El Tiger Woods del poker ni siquiera parece vulnerable en su vida privada, y no porque viva como un monje benedictino, sino porque el mundillo en el que se mueve es algo menos hipócrita. El californiano acaba de ganar su octavo brazalete en las Series Mundiales y lo ha hecho poco después de demostrar que es capaz de jugar tres torneos en vivo a la vez, algo bastante difícil en un hotel de Las Vegas, donde las distancias entre salas no son precisamente pequeñas. El premio por su victoria asciende a más de 300.000 dólares, pero conociendo su afición a las apuestas, seguro que su triunfo le asegura algún cero más. Hasta ahora, habíamos visto jugar partidas simultáneas al ajedrez, pero siempre en la misma habitación, y al poker por internet. Lo que hizo Ivey el pasado viernes, 18 de junio, se sale por completo de lo normal.


El estadounidense llegó a tener fichas sobre la mesa en tres torneos diferentes a la vez, los números 32, 33 y 35 de las Series Mundiales. Para que todo fuera aún más difícil, en una de las competiciones la mesa era de sólo seis jugadores, con lo que todo va mucho más rápido, y en otra eran enfrentamientos individuales (heads-up), de uno contra uno, donde no te puedes ausentar ni un minuto sin empezar a perder fichas a toda velocidad.

Es más que probable que a Ivey se le fuera la mano inscribiéndose en demasiados torneos, de modo que si llegaba lejos en uno, sin caer eliminado, su participación se solapaba con el siguiente. También es cierto que no hay muchas personas en el mundo capaz de calcular con exactitud cuántos minutos pasar en cada mesa para mantener todas las partidas vivas. Phil salió airoso de la prueba, aunque no tanto como en el evento número 36, el 3.000$ de H.O.R.S.E., modalidad que se llama así no porque se juegue a caballo, sino porque alterna cinco tipos de juego: Texas Hold 'em, Omaha, Razz, Seven card Stud y Seven card stud Eight or better.

En los foros, no obstante, se daba por sentado que los 329.840 dólares del primer premio son una propina al lado de lo que se llevará Ivey en apuestas paralelas. Hace poco se supo que sólo contra Howard Lederer mantiene una apuesta de cinco millones de dólares que el segundo perderá si Ivey gana dos brazaletes entre esta edición de las WSOP y la de 2011. De momento, ya tiene más de la mitad del camino recorrido.

Que nadie se sorprenda, porque esto no es nada. Otro día cuento las apuestas más disparatadas del mundo del poker.

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