sábado, 8 de mayo de 2010

Ludopatía aún no es un problema de salud pública


Habrá que reconsiderar este artículo para algunos integrantes del RoyalBunker.
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Armando Patrón señala que no hay registros sobre casos de esta enfermedad en el país ni se define la institución encargada de tratarla, aunque el funcionario sí “intuye” su responsabilidad.

Sáb, 08/05/2010 - 05:10
México.- La Secretaría de Gobernación propone crear un centro de atención a ludópatas, aun cuando las autoridades sanitarias no consideran la adicción al juego un problema de salud pública.

“No me atrevería a afirmar que (la ludopatía) es un problema de salud pública, porque no tiene esa magnitud”, indicó Armando Patrón, director técnico del Consejo Nacional de Adicciones (Conadic)

Incluso, la norma oficial mexicana 028-SSA2-1999 para la prevención y tratamientos de adicciones no contempla los trastornos de los impulsos y hábitos, como el caso de la ludopatía, sino sólo el abuso de sustancias psicoactivas, alcohol y tabaco.

La ludopatía o adicción a los juegos de azar es reconocida desde 1980 por la Asociación Estadunidense de Psiquiatría como un trastorno mental de los impulsos en su manual diagnóstico de enfermedades mentales DSMIII. Incluso, la Organización Mundial de la Salud también la cataloga como una patología.

Patrón, sin embargo, admite que el consejo que encabeza no cuenta con registros acerca de los casos de esta enfermedad manifestados en el país.

Explica que no existen estadísticas, debido a que aún se encuentra en proceso de definición a qué autoridad del sector salud corresponde atender esta enfermedad.

“Todavía no se está haciendo registro de manera cotidiana de quienes pueden estar padeciendo el problema. Además está en proceso de definición si es algo que deben atender las autoridades encargadas de la salud mental, porque finalmente es un problema de conducta de comportamiento, o bien la vamos a atender en el secretariado técnico del Conadic”, expuso.

Reconoció, sin embargo, que en el consejo han recibido solicitudes de información al respecto, por lo que, dijo, “intuyo que es probable que caiga en nuestra competencia y tengamos que empezar a atender el problema”.

El jueves, en la inauguración de la tercera Exposición Latinoamericana de Juegos de Azar, el titular de la Unidad de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, Juan Bosco, planteó revisar la ley de juegos y sorteos, que data de 1947, para hacer de las apuestas un imán para las inversiones y la generación de empleos.

El mismo funcionario recomendó que esa “evolución” en la norma vaya aparejada de la creación de un “Centro de Atención para la Protección a las Personas Vulnerables al Juego”.

Carlos del Moral Ehlers, director de la asociación civil Centro Atención de Ludopatía y Crecimiento Integral (CALCI), señaló por su parte que el déficit de información sobre la incidencia de esta enfermedad se debe a que los servicios de salud se centran en prevenir adicciones relacionadas con el suministro de sustancias tóxicas y no de trastornos que afectan hábitos e impulsos como es el caso de la ludopatía.

“La ludopatía es una adicción no tóxica, no se necesita estar drogado para que el cerebro segregue endorfinas que producen placer; es lo que impulsa a los ludópatas a seguir jugando”, señaló.

El activista dijo que el exhorto de Gobernación para actualizar el contexto normativo en la actividad de juegos y sorteos entraña el riesgo de que se genere un problema de salud pública.

Aseguró que es falso el argumento de que es necesario, mediante las apuestas, fomentar empleo, generar inversiones y detonar el turismo: “La gente visita México por sus playas, no por salones de juego; es ilógico cuando Estados Unidos y Europa tienen los mejores casinos del mundo”.

En otros países, la ludopatía ya es un problema de salud pública: en Estados Unidos existen 2.5 millones de apostadores patológicos, 3 millones de apostadores problemáticos y 15 millones en riesgo de desarrollar ludopatía, según datos de esa nación.

Prohibido

Los casinos en México están prohibidos desde 1938, aunque la Segob tiene facultad absoluta y discrecional de autorizar su instalación y operación.

La prohibición data del 24 de junio de 1938, cuando en un decreto, el entonces presidente Lázaro Cárdenas ordenó su abolición por considerarlos focos de atracción del vicio.


Fuente:

http://www.milenio.com/node/439253

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